Ambiente agradable
El objetivo de toda edificación es que sus usuarios se sientan en un estado de confort agradable en todas sus estancias. En ello intervienen varios factores como la temperatura, el ruido o la iluminación, entre los más evidentes, aunque también intervienen otros factores indirectos que hacen que eso sea posible, como las características constructivas y técnicas del edificio, las instalaciones, etc.
Para conseguir un ambiente confortable se persigue reducir al máximo el riesgo de existencia de condiciones perjudiciales para la salud y la higiene de las personas, así como la perdida de los niveles de habitabilidad y confort, mejorando y manteniendo la calidad del aire, eliminando la existencia de sustancias tóxicas o nocivas en espacios habitables y minimizando la demanda energética.